miércoles, 24 de junio de 2015

MADAME CHIANG & LOS PELOS DE GATO

Fue la noche del sábado recién transcurrido, en el que una invitación inesperada y con pocas posibilidades de ser respondida terminó volviéndose felizmente aceptada, llevándome al suroeste de la ciudad, lejos de mis comunes lares. El encanto de esa noche y la belleza interna de Fundación Sebastián, la cual, por fuera, se mimetizaba entre los edificios de una ciudad al marcharse el ocaso como la fría estructura de una bodega, era por dentro una discreta y agradable galería artística, con una interesante escalera de caracol conduciendo al sótano, sitio ideal para montar un escenario, iluminando a medio tono la intimidad de un ambiente que se encontraba próximo a engalanarse.

Entré justo detrás de una dama acompañada, misma que vestía con elegancia e impregnaba de coqueta soltura su andar; minutos después sabría yo que se trataba de la mismísima Madame Chiang, la cual, con su voz y concepto, se encargaría de transportar su entorno a otras épocas, que más que denominar 'pasado', prefiero la acepción de 'presente alternativo', que vive y siente la música con larga historia y emociones eternas. No sería labor de una sola persona, al tomar asiento frente al escenario observaba a los importantes constructores de dicho ambiente: la agrupación musical que lleva por alegre nombre 'Los pelos de gato' y a su director, el virtuoso y simpático maestro de la Universidad Anáhuac Gustavo Salas, de quien tuve la cálida invitación.
La combinación deliciosa de piano, acordeón, percusiones e instrumentos de viento dio lugar a la magia que mi corazón, melómano empedernido, presenció con grata sorpresa.

Madame Chiang, Los Pelos de Gato, La fiesta de la música en su faceta nostálgica, enamorada, de esencia parisina y pertenencia mexicana. Fabuloso el Swing, y quienes reviven y reivindican ese ritmo, con temas como 'Besos y Cerezas' que ofrecen el contagioso contoneo de los hombros y una sonrisa, la ejecución e interpretación de otras piezas musicales como 'Chapultepec' dieron énfasis a la alusión nostálgica de la ciudad en cuadro costumbrista de hace casi un siglo, amenizado la lírica simple y melodía alegre. La balada tuvo a bien aparecerse, 'Que nadie sepa mi sufrir', un clásico del cual yo, hasta esa noche, ignoraba que tenía como origen un vals peruano, internacionalmente consagrado. Escuchar su canto en idioma francés fue algo que consideré invaluable.



Debo externar mi admiración por los arreglos musicales de "Bésame Mucho", que aún con las tantísimas versiones existentes, ésta me pareció asombrosa, de sabor apasionante, alternando tiempos para acelerar y agilizar los versos combinados con el ritmo acostumbrado de la balada en cuestión, el resultado para mí fue un tema fresco y dinámico. La mayor emotividad de la noche fue escuchar "Peregrina", una de mis favoritas personales, una joya de las composiciones en México.

Qué adorable atmósfera, una impecable ejecución instrumental desde lo que mis nociones permiten percibir, una voz y actitud encantadoras, las armas más fuertes de Madame Chiang, una noche divertida, llena de ritmo y gentileza musical.



Grandes aciertos son programas como "La Fiesta de la Música", impulsadas por la Alianza Francesa de México y múltiples asociados en colaboración, estableciendo un rescate multicultural de entrada libre que del 19 al 21 de este mes hizo gala de diversas presentaciones, algunas de ellas en el fabuloso Universum; su servidor da testimonio del adorable éxito de esta particular presentación en Fundación Sebastián.



Con el sincero deseo de que haya muchos más eventos y más éxitos como este, con la carismática Madame Chiang y con el talento de la agrupación de músicos bajo la dirección del gran Gustavo, nuestra mutua comunicación nos brinda grandes noticias pues me asegura, será posible darme el placer de llenarme y llenarles, gustosamente, de Pelos de Gato.



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