lunes, 13 de abril de 2015

NUESTRO SOLEMNE DESCONCIERTO

Para efectos de esta lectura se define lo siguiente:

Sensei.- Mi profesor de psicología en el bachillerato, y mi gran amigo, a quien va dirigida esta narración epistolar.

Desconcierto.- Nombre dado por mi Sensei al evento que él mismo organiza, donde deja a un lado la rutina docente para subirse al escenario y cantar con su banda de rock, integrada por exalumnos, amigos suyos y algunos alumnos de sus cursos, dos veces al año se celebra, y en la carta describo mucha de su esencia.

605.- clave del amado grupo en el que estuve inscrito en mi último año de preparatoria.

Paramecio.- mote dado por mi Sensei al 605, cada uno de los siete grupos a quienes  él imparte tiene uno distinto. "Brrprrrbrrrbprrr!" (Vibración labial con tono agudo) es nuestro saludo, ha pasado de ser un simple apodo a convertirse en un curioso e inolvidable símbolo de identidad. Recibí de mi Sensei el título "Paramecio Supremo" al final del año, así de orgullosos nos sentimos el uno del otro.

Sin más preámbulos, comenzamos.

Soberano Sensei, he aquí la épica del panegírico nuevo:

Estaba demorándome bastante en terminar mi examen, esa materia me ha resultado titánicamente difícil, y justo el día que he esperado tanto desde el Desconcierto de despedida de mi generación, día que, semestre tras semestre, se ha visto aplazado por una agenda escolar apremiante, nuevamente parecía no cumplirse. Sin embargo, un respiro más, un lapso provechoso de concentración y logré terminarlo, bien, tal vez sí logre llegar al nuevo Desconcierto en su aniversario número veinte.

Saliendo 12:50 pm, a toda velocidad de ciudad universitaria, a sortear el tráfico y las pausas del metro... El destino obró a mi favor, pero justo cuando pensaba en eso, recordé que la última vez que visité la preparatoria terminé peleándome con los vigilantes de la entrada por haber percibido un franco aire de prepotencia de su parte, dando con ello un mal trato a mi profesora de Dibujo. Rayos, la pluma que me dieron para anotarme en las listas terminó ese día en el suelo, juro que no lo hice a propósito, pero seguro pensaron lo contrario. Cada mañana cuando yo llegaba a la prepa gustaba de saludarlos, algo que no todos hacen, cuán irónico (y muy probable) sería que sólo llegaran a recordarme por el incidente de aquel día.

Podrían simplemente acordarse, ubicarme mientras me veían intentando entrar de nuevo y los imaginé gustosos de ser capaces de impedírmelo, entonces corrí, temiendo mis marañas, era 1:57 pm cuando me encontraba justo afuera del lugar que durante tres años había sido un palacio para mí, mi santuario: mi preparatoria. Desde ese trayecto, muchos sentimientos y recuerdos los sentí como una oleada en mi mente y corazón, pero debía entrar rápido, estaba a tres minutos de comenzar el evento y quizá ya no pueda ingresar al auditorio.

No tengo queja, tuve suerte, el abogado y el secretario particular estaban allí en vigilancia, reconociéndome para mi sorpresa, hacía tanto que no los veía. Aunque no soporto al primero y con el segundo sin pena ni gloria, ambos me tienen en alta estima, ello me hizo entrar sin mayor tiempo que perder, me alegró mucho ver a la profesora de Geografía apoyándote, me hizo sentir en casa.

Fue de esa forma como, al ocupar mi asiento en el auditorio que en diez ocasiones hice mío en las obras de teatro, ver a la banda, a ti, a tus nuevos viejos alumnos, supe que me encontraba en el mejor lugar, con las mejores personas. Invadido de tantísimas emociones me dí cuenta que, aunque era mi tercer desconcierto (o mi cuarto evento presenciando lo que organizas por y para nosotros, contando el que verdaderamente inició nuestra amistad: "Mis canciones... mi poesía") , fue el primero en el que mi perspectiva tenía distintos matices, una posición distinta por ser egresado: los grupos, su sentido de pertenencia, la forma en la que el ambiente se construía, desde luego que yo era parte de ellos, pero mi condición era diferente. Ahí fue donde descubrí una razón que sustentó mucho de mi fervor por estar allí nuevamente, además de reunirme en cuerpo presente con algo de lo más valioso que se ha quedado dentro de mí: necesité ver por mí mismo que un proyecto tan majestuoso como el tuyo seguía surtiendo el efecto deseado en las generaciones siguientes a la mía, tuve miedo al pensar en encontrarme con la insensibilidad, la ingratitud o la simple y llana falta de interés de ellos en algo que dos veces por año, desde hace veinte, haces para su disfrute, aún cuando eso te represente ir cuesta arriba en cuanto a carga de trabajo y esfuerzo se refiere.

Me alegra tanto haberme equivocado, que me enojé conmigo por haber pensado siquiera en la idea.

"...Hoy que la luz ya se ha agotado
y lejos me he ido,
para encontrarte,
te busco en la oscuridad
con ansias de libertad.

             -. Fragmento de "Lejos", autoría de mi Sensei, de "Mis canciones... Mi Poesía"

Admito que he venido de una racha desfavorable, ciertas dificultades familiares grandes que han llevado a que mis padres tengan el plan a mediano plazo de continuar nuestras vidas en otro lugar por motivos de salud y tranquilidad; un noviazgo llegado a su fin en enero (mucho respeto y buenos términos, pero una inevitable tristeza), y el haber puesto mucho empeño, fe, dedicación y esperanza en el comienzo de una relación nueva que terminó más pronto de lo esperado, con su sencillo abandono y desdén, una historia que había comenzado con profundas ideas compartidas en cuerpo y alma, afinidad mutua, un carteo masivo, mucha música para orquestar el hallazgo, en pocas palabras, una historia así de especial y extraordinaria, acabó de manera tan común y tajante que aún me causa dolor al recordar los detalles. Todo esto en el marco de un semestre que me ha demandado un 150% en momentos donde me sentía a menos de cien... no me he dejado vencer por los problemas, he aprendido a sobreponerme y a ser más paciente, pero por tales motivos, si en algo se parecía este Desconcierto en mi vida al anterior, el de la despedida de mi generación, es que también lo sentí como un elemento clave para sentirme a salvo de tantas preocupaciones, sonreír de manera auténtica y revitalizar mucho de lo que sentí haber dejado agonizar en mí, lo sé, suena muy dramático, puedes ver que no he cambiado mucho en realidad después de casi tres años, sólo me he hallado envuelto en novedad, esas novedades me han puesto a prueba y tu invitación ha dado mucha luz en un camino que  empezaba a implorar por ella.

La coincidencia me hizo reír, justo una de esas canciones que yo dediqué para cerrar esa última relación que se había vuelto nociva para mí fue "The Scientist" de Coldplay, la primera que interpretaron ... claro, es un auténtico tema de despedida, uno de los mejores que se hayan escrito, esa mezcolanza de sentimientos iba inundándome más y más, la magia estaba empezando.

Entiendo tus observaciones sobre lo accidentada que llegó a ser la parte técnica durante el evento a causa de la marcha presurosa del tiempo en su preparación, eres tu más duro crítico en ese aspecto, mientras yo sigo con la idea estandarte de cambiar el "que pudo ser mejor" por el "qué mejor que pudo ser" por los obstáculos que a cada víspera de Desconciertos tienes que librar, y que a fin de cuentas logras. Ese ambiente  de literal hermandad es más difícil de conseguir que el sólo ir y hacerlo sin yerros, incluso una ejecución musical perfecta puede ser estéril si no transmite la energía para apreciar la vida, y en eso, amigo mío, tanto tú como los integrantes de la banda se especializan hasta el grado de hacerlo ver fácil cuando no lo es, créeme, los admiro tanto por ese poder,  nada más importaba en ese momento que el observar cómo iba, poco a poco, contagiándose esa satisfacción en cada espectador. Era un deleite verte a ti, y luego verlos a ellos en su apogeo.

Me sentí de 18 otra vez, en el 605 otra vez, saltando, gritando, canturreando y dejándome llevar por la música a sitios lejanos y sagrados, "Never too old to rock" supongo. 'Something' me recordó el Abbey Road que te regalé, disfruté tanto Pink Floyd, luego tocaron "Mi vida" y con ello hay que agradecer a DLD por haberla dotado con ese género. Debo admitir que el concepto rosado de Mago de Oz nunca ha sido mi favorito, pero fueron esos dos entre los temas más vibrantes en el auditorio, los más exitosos, los disfruté hasta el punto de replanteármelos... Cada peluca tuya y cada intervención verbal simpática, incluso la de la lamentable ranitidina (me hubiera gustado llevar una en mi mochila en lugar de tanto ibuprofeno y naproxeno para dártela) me reafirmaron cuán hábilmente resguardada sigue tu esencia, tu humor, tu calidad y virtud.

Te agradezco tanto: por hacerme subir al escenario, por reparar más de una vez en mi presencia, gracias a Gary "Molletes" por estar allí, lo volvió aún más extraordinario, esas cuatro canciones en las que él colaboró de tu repertorio en mis compilados siguen ahí, y nunca se irán. Al llamarme para el abrazo frente a todos, al tiempo que los Paramecios aparecían en la presentación con la que acompañaste el tema que cerraría el Desconcierto, toda esa increíble recepción de los 'chamacos' al vernos juntos sobre el escenario fueron el nirvana que mis días necesitaban, les has hablado de mí, me lo han dicho entusiasmados. Momentos en mi vida donde la palabra "perfecto" los describe como debe son pocos, y aquel fue uno tan valioso entre ellos que jamás habré de olvidarlo,  eso fue tan especial que no creía merecerlo, pero en verdad lo merecí, lo merecimos. Lo mejor de todo fue quedarme allí mirando de frente al nuevo público en su despedida, a quienes dediqué aquel honesto discurso en el anuario de su generación, para darme cuenta de todo, logré verme en ellos, ver a mi generación, a todas las generaciones ya no presentes, reflejadas en los sentimientos de una sola, eso prevalece con el paso del tiempo. Abrazos, lágrimas, alegrías, selfies por doquier, los clanes (Ñoños, Protoñoños, Moluscos, Paramecios, Batracios, Chinicuiles, Chubb-Chubbs) divirtiéndose juntos, ese fue NUESTRO MOMENTO, con el esplendor que esa frase tiene.

Las lágrimas caerían camino a casa, por tantas emociones encontradas, la melancolía se hizo presente como era de esperarse y aunque parecía volverse amargo salir de un lugar que extraño tanto, esa tristeza formó parte importante de mi felicidad por saber que todo seguía siendo así de maravilloso, así de intenso, con la promesa de volver. A Dios pido que nos deje llegar a noviembre para culminar los proyectos pendientes que tan entusiasmados nos tienen.

Eres único, Sensei, y es una bendición que continúes teniendo esas muestras de apoyo incondicional y entrega en tu labor. El cariño y respeto que los alumnos te profesamos es auténtico, porque tú te manifiestas así ante nosotros, privilegiados somos los que descubrimos que ese brillo tuyo es tan invaluable que no puede ni debe quedarse atrás.

Gracias por cultivar los lazos de amistad que se han vuelto ya extremadamente difíciles de encontrar, trabajando de sol a sol para fortalecerlos, qué orgullo el conocerte, qué importante eres en la vida mía, realmente, de corazón, deseo lo mejor para ti, mucha luz en tu camino como una retribución a toda la que tú emanas.
Cuando nos veamos inmersos en tantas presiones y con la amenaza del cansancio de darle la victoria a las adversidades, recordemos esto para saber lo mucho que vale seguir en pie, por todos aquellos que te lo reconocemos con un detalle, por pequeño que sea, pues por el vigor  compartido no nos sentimos más en aislamiento, caídos en la trampa de la rutina; los lazos se vuelven poderosos con música de por medio. 
Estamos juntos en esto, porque la vida así, con instantes de oro como los que procuras, vuelve a tener en sus manos la dignidad y se hace del valor para seguir adelante.

Brrrrprrrprrrrbrrrbprrrrrrr!!!!

Gracias tiende a infinito, en pocas palabras, por ser tú.

Te quiero mucho mi gran amigo, grande entre los grandes, de los mejores sin duda alguna.

Estamos en contacto.

Salve!!

Atte:
Paramecio Supremo


"La canción que es valiente es canción para siempre"

                                   -. Mal Bicho. Los Fabulosos Cadillacs

1 comentario:

  1. Mi gran y estimado amigo, no había tenido tiempo de revisar tu blog, aunque el ansia ya me empujaba a hacerlo. Estamos en sintonía en eso de las presiones, la desesperanza, el trabajo acumulado y otros tantos infortunios que se me han presentado. Leerte siempre significa deleitarse con tu discurso, con un lenguaje que siempre esta ahí bien colocado y con reflexiones profundas, reconfortantes.

    Podría decirte mucho, pero por hoy no es el caso, porque no creo tener las palabras, mas si las emociones, para hacerte saber que he aprendido tanto de ti y que sé que con todos y los obstáculos que has superado paulatinamente, amigos como tú, alumnos íntegros y honestos, brillantes e inteligentes, se cuentan pocos en la vida de este humilde profesor.

    Lo que no pueden expresar por hoy mis palabras, que te lo transmitan las lágrimas, que de tanto brotaban al leerte.

    ¡Por alguna razón Supremo sólo uno!

    Gracias tiende al infinito...

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