-Sergio C.
Me gusta la sinceridad en las personas, esa virtud es cada vez más difícil de encontrar. Debo admitir que me tomó por sorpresa esa evaluación sobre mi personalidad, surgiendo a partir de una falla que tuve en mi trabajo con los músicos, convertida en una especie de terapia improvisada al recurso humano, pues no ha sido el único error que he cometido. Fue una experiencia constructiva, pero emocionalmente agotadora; suele ser estresante conocer la verdad cuando se trata de un honesto juicio acerca de qué tan lejos estás de la expectativa.
En cuanto a mi desempeño, no quisiera escudarme con el dicho "el que sirve a dos patrones, con alguno queda mal" ya que en mi caso son 3 y no pienso fallarle a 1.5 de ellos. No, ya tengo identificado lo que debo cambiar para mejorar mi labor como staff, de lo contrario, seguiré sin poder tener una tercera parte digna de mis relatos en ese ámbito.
No obstante, esa frase de Sergio la pongo al principio, porque lo que hoy padezco se presentó no sólo como un movimiento de esquema, sino como una ruptura del mismo, un golpe de timón a mis planes.
La lección aún no ha terminado.
La mezcla de contaminación ambiental, estrés en mis múltiples roles, un calor excesivo y una dieta desbalanceada me hicieron encontrar perfectamente normales los días que regresaba a casa terriblemente cansado y abochornado. Luego, el día viernes, varios puntos rojos en mi rostro no me causaron mayor sospecha que la de un brote de acné, propio de la temporada y de mis condiciones. Fue hasta la madrugada del sábado que ese 'acné' empezó a doler y causar comezón, mientras que daba inicio su distribución por todo el cuerpo.
El médico confirmó mi nueva sospecha, pues yo aún no descartaba alergias o intoxicaciones. No importaban mis inferencias, el experto hablaba:
"No le busques más, tienes varicela. Disfruta tus vacaciones. Es verdad que la varicela de adulto es más molesta e intensa que la de niño, pero mientras te mantengas en reposo y sigas el tratamiento no hay nada de qué preocuparse."
¡Pero, pero, pero, pero... ! Nada, no es negociable, además del alto contagio que tengo, puedo infectar las heridas si frecuento el exterior.
Así, la metodología planeada de mi mes de mayo fue tomada por un virus que nunca alojé de niño, la hizo bola de papel y la lanzó al cesto de basura. Justo en el final de mi último semestre en la licenciatura, justo enmedio del servicio social, justo durante una temporada agitada de eventos musicales, justo en el análisis de resultados del artículo que preparamos, justo en la temporada de búsqueda del puesto como ayudante, justo en el día de las madres, justo en 'la vie en rose'.
Esta es una prueba, pero antes de sentir lástima por mí, debo tener en cuenta que en este instante, mucha gente experimenta retos aún más álgidos y decisivos con su salud y su vida. Lo mío tiene garantía de irse en no más de un mes. Además, tengo la ventaja de saber qué es.
Son momentos para ser práctico.
Resolver lo que está en mis manos. Correos, teléfonos: poner al tanto a mis profesores de la situación que atravieso, verificar alternativas con mi evaluación, etc. Me alegra que en tres materias y en mi servicio social hayan sido comprensivos conmigo, por otra parte, no me sorprende que la materia restante, donde el profesor y la ayudante se aparecen a dar clase esporádicamente (la última, incluso, de mal humor) no tenga una sola respuesta. Pensando en el peor escenario, no me parece tan mala idea recursar esa asignatura, sirve que logro recuperar el contenido que estos titulares seguramente han omitido.
Agradezco tener amigos solidarios que me han tenido al tanto de lo que sucede en el semestre, han podido ayudarme a superar las limitantes de un correo electrónico. La familia me ha consentido (padre y hermana de lejos, porque no les ha dado varicela) y la convivencia en este plano se restablece, después de muchos días llegando a casa sólo a dormir, a veces ni eso. A fin de cuentas, el confinamiento no ha resultado terrible, aún con lo sumamente complicado que suele ser estar conmigo mismo.
En cuanto a los trabajos, mi Doc se merece el cielo, sugiriéndome n+1 consejos y remedios con la mejor de sus intenciones. Y como staff, simplemente no podré en este período, no hay más que hacer en realidad. Nadie es indispensable y todo continúa, esa tercera parte quizá esté fuera de mi alcance, al menos, en esta temporada.
En cuanto a los trabajos, mi Doc se merece el cielo, sugiriéndome n+1 consejos y remedios con la mejor de sus intenciones. Y como staff, simplemente no podré en este período, no hay más que hacer en realidad. Nadie es indispensable y todo continúa, esa tercera parte quizá esté fuera de mi alcance, al menos, en esta temporada.
A pesar de que preocuparse no sirva de nada, frecuentemente resulta ser un pasatiempo predeterminado. Cerca de una semana después de conocer mi diagnóstico, el ardor y la comezón se han marchado, aunque mi aspecto sigue siendo invadido de granitos. En ocasiones me desespera que mi principal tarea del día sea precisamente la de esperar. Hago lo que está a mi alcance, pero no todo depende de mí. Recuerdo las palabras con las que empecé esta entrada y me digo: "entiéndelo de una vez, así ha sido y así será la vida" no existe el control total sobre algo o alguien, lo más útil es saber adaptarse a las circunstancias y actuar en consecuencia. ¿Será que deberé detenerme a recordarlo cada vez que sea necesario?
El tiempo transcurre, y aquí permanezco, recuperándome tal vez en más planos de los que imagino. Finalizo con esta canción, como es mi costumbre, siento que se vincula tanto con mi situación actual. Mientras tanto, dormiré otra siesta y que los pensamientos sigan girando.
Abrazos esterilizados.
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