lunes, 14 de septiembre de 2015

HOY AMANECÍ MISÁNTROPO

¿Es que acaso debo quererlos, todos los días, toda la vida?
Hoy el intento me resulta titánico,
no me viene en gana parecer simpático
concluyo que hoy amanecí misántropo:

Hoy amanecí misántropo
y tal vez mañana ni siquiera amanezca
curioso final de esta insulsa sorpresa,
y qué más me da quien no le parezca.

Porque al buscarme una oportunidad
otorgando paz con plena conciencia
me topé con un niño fingiendo demencia
volviendo ridícula aquella amistad.

Porque de inmediato, después, con certeza
el placer de alguien más jugó con buscarme
y al tenerme tan cerca de por fin encontrarme,
resulté un juguete de confusa aspereza.

A quién le interesa.

Como todo idiota que sueña utopías,
desperté de golpe en la misantropía.

Y ese es mi día.

Será mejor que hoy no lo intentes,
no me toques ni me tientes,
no me es relevante saber lo que sientes
si acaso sufres, si acaso mientes.

Fue bueno finalmente darme cuenta,
pues de otro modo jamás entendería,
que el ciclo nuestro se cerró de forma cruenta
y que el pasado nunca volvería.

Vaya manía.

Cielo gris, frío artero
¡al fin nos ponemos de acuerdo!
toma mi cuerpo, siempre está abierto,
pero las emociones, yo me las quedo.

De vuelta al ruedo.

¿Es que acaso debo ser feliz siempre?
Mi día me gusta así, sin ganas de quererte,
ayer las tuve... Ayer fue diferente,
para qué fingir que hoy seré prudente.

Tomaré lo que guste y me iré de repente.

Hoy amanecí misántropo,
y tal vez mañana ni siquiera amanezca
curioso final de esta insulsa sorpresa,
y qué más me da quien no le parezca.








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