¿Cómo haberme imaginado que iba a lograr tener la oportunidad de apoyar como staff en presentaciones de jazz? La oportunidad se presentó, todo lo favorable lo permitió, y de ninguna forma hubiera querido dar un "no" como respuesta.
Mi amigo Gustavo (véase: "Madame Chiang y Los Pelos de Gato") me brindó la confianza para asistirlo en el montaje de sus instrumentos por primera vez, cuando pude confirmarle, me enteró de lo feliz que le hizo dicho anuncio, confesándome que en gran medida fue motivado el ofrecimiento por la empatía con la situación a la que en mi edad prácticamente todos nos enfrentamos: necesitar emplearnos, que alguien nos haga sentir ese apoyo no sólo en lo económico, sino también en la seguridad que te otorga el que te consideren útil y capaz de cumplir una labor. "No sabes cuántas veces quise que alguien me ayudara" me dijo, y saberlo tan comprensivo y dispuesto me dio aún más entusiasmo para no fallarle y hacerlo lo mejor posible.
Allí conocí toda la proeza previa que una presentación en vivo requiere; sería por la noche en el foro cultural Chapultepec y la anticipación de nuestra llegada debía ser la suficiente para cargar y descargar los instrumentos transportados, ensamblarlos, probarlos, dar los preparativos finales y observar cómo los técnicos de sonido interactúan con los músicos para que la conexión con los monitores les dé tanto el efecto como el volumen que más revindique a su obra.
En cuanto a mí, ahora sé cómo se ensambla un vibráfono; instrumento de aspecto inocente pero de construcción un tanto compleja y delicada, por tener la oportunidad de ver a mi nuevo patrón tocarlo no cabe duda que vale cada esfuerzo y gota de sudor requeridos para tenerlo listo.
No sólo eso, también tuve permitido conocer a los demás músicos virtuosos en la agrupación, adentrándome al mundo del jazz en México, algo extraordinario; la presentación de esa noche era del bajista Alfredo Landa, conocido en el ámbito como Doctor Jazz; también me ofrecieron vender algunas unidades del disco que presentó, titulado "Medusas" esa misma noche al público asistente. Experiencia en ventas es algo que sí tengo, me alegró mucho más la ya tan excelsa anécdota que estaba viviendo el poder saber que tampoco lo decepcioné, fueron buenas ventas y comentarios muy positivos los de la gente que salía del foro.
Llegaba la hora de desmontar, volver a casa y estar listos mañana temprano pues lo siguiente en la agenda era la grabación de un programa en el Instituto Mexicano de la Radio. Por tal motivo debí descansar esa noche en un estudio musical, amanecer allí fue sumamente especial.
Esta vez era la presentación del CD "Parcours" de Matías Carbajal, un músico autodidacta quien también tiene una serie de fechas programadas en estos meses para promoverse en varias partes del país; posiblemente, si la carrera lo permite, allí podré encontrarme también, apoyando a Gustavo, asunto que me emociona en verdad.
Otra enorme experiencia fue formar parte del fenómeno que hay en la grabación del programa de radio "Conciertos, lo que son" para Opus 94.5; además de ser staff, en ambas presentaciones me permitieron ser parte del público, apreciando de manera diferente y más congraciada el producto final de el esfuerzo colectivo para ejecutar composiciones independientes de alto asombro para mis ojos y oídos.
En un programa donde se permitía la participación de la gente obtuve la palabra en una intervención, por lo cual, en cuanto sepa la fecha de emisión del programa grabado la agregaré aquí, será muy divertido escucharme, y si acaso me editaran, tendré como consuelo el hecho de haber ensamblado ese vibráfono que hizo maravillas.
Terminando la experiencia tuve el agradecimiento de mi amigo, compartiendo que la ayuda fue importante en el sentido de que a él le permitía conservar más la energía para que en el momento decisivo de hacer música en la presentación tuviera mayor éxito conectándose con ella, disfrutando más del momento.
No obstante, mucho más es lo que yo le agradezco por confiar así en mí, por adentrarme en un universo que desconocía, del cual aprendí y gocé tanto como pude; una maravillosa experiencia que, si las circunstancias de vida lo disponen, claro que me gustaría volver a vivir con toda satisfacción y empeño.
Es invaluable el gusto y cariño, cada persona que conocí en esta travesía dejó algo muy positivo en mí. Esta gran vivencia la conservaré así en mi blog como en mi memoria; pero la música, esa se guarda y se lleva en el corazón.
Gracias por todo.
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