miércoles, 30 de marzo de 2016

UN AÑO DE RUBBERNECKIN'

¡Qué gusto saludarte nuevamente! ¿Cómo ves este asunto? Ya un año ha transcurrido desde que publiqué por primera vez una entrada en este espacio,  compartiendo así una perspectiva de vida más: la mía. Se abre el telón y entran a escena, agarraditos de la mano, los recuerdos de aquellos motivos para el nacimiento de este Blog... Hora de sentarse en la silla mecedora y soplar un aire de antaño en las palabras que surjan. Advierto que puedo ponerme nostálgico, ridículo, cómico o dramático, según sea el caso, a partir del siguiente párrafo, incluso podemos darle más solemnidad empalagosa, si a la par de la lectura, Regina Spektor los acompaña en la música de fondo con este gran tema:



Un par de meses antes del 30 de marzo de 2015, me encontraba aprendiendo, por ensayo y error, a definir una relación afectiva, mientras el vuelo con mi anterior pareja aterrizaba lenta pero cordialmente, intenté levantar el vuelo con otra persona, presuroso de volver a sentirme en lo alto, aprender y disfrutar tanto como lo había hecho antes. Sin embargo, terminé cayendo estrepitosamente por presionar y dudar demasiado.

Esa nueva persona, que vino a mi vida tan pronto como se fue de ella, tenía un blog personal que me inspiró a escribirle extensos y apasionados elogios por correo, de los cuales recibía respuestas positivas y la idealización propia de un vínculo más estrecho entre los dos. Nos conocimos a distancia, acercándonos hasta encontrarnos en persona y en breve, nos vivimos en la intimidad. Posterior a eso, por motivos circunstanciales o deliberados de sus planes (nunca tendré la certeza para discernir, por más que se erijan imposiciones culturales), sentí que se alejaba de mí. Cual novato en un juego importante, me vi con numerosos temores y agobiantes batallas internas. Decepción plagada de culpa e inseguridades, hasta que perdí la paciencia y en un arranque de drama, dije adiós por la misma vía de los elogios a la persona que, en algunas de mis primeras entradas, he dado el pseudónimo de 'la fiera herida'.

Luego vino el típico duelo por la pérdida, he de reconocer que esa realmente ha sido una de mis primeras experiencias adversas en cuanto a intensidad de sentimientos se refiere. En cualquier caso, no podía tardar en dejarlo atrás, de lo contrario, el semestre de mi carrera se hubiera visto más seriamente afectado de lo que ya parecía estarlo. Volví a centrarme, percibiendo un hueco en esa etapa de mi vida: no tenía a quién escribirle y la sensación pletórica que me proporcionaba hacerlo era algo que extrañaba bastante. La filosofía del Rubberneckin' es la mejor respuesta que pude encontrar a una pregunta que recuerdo con claridad haberme hecho ¿por qué no, esta vez, escribir para mí?

No sólo fue eso. Con afán de olvidar pronto a la fiera herida, me hice de más y más ocupaciones, académicas, laborales y sociales, descubriendo experiencias que no imaginaba tener y que a lo largo del año transitado he compartido aquí; he sido muy feliz por las vivencias y personas valiosas que tuve la fortuna de conocer pero, ¿cumplí mi afán?

Esta nueva entrada es evidencia de que no. Sigo sin olvidar a la fiera, no obstante, ya no extraño lo que no pudo ser ni me duele recordarla, sólo me apena al meditar en lo melodramático que me puse, cambiando rápidamente una feliz admiración recíproca por una amargura angustiosa. Pienso en cómo debí identificar que muchas inseguridades habitaron sólo en mí y no en la realidad de los sucesos, tal vez no era necesario despedirse para poner en calma los sentimientos.

Dada la raíz de este Blog, si de algo puedo estar seguro es de que jamás me permitirá olvidar ese recuerdo, pues viene arraigado a él. Pero no quiero olvidar, no por aferrarme al pasado, sino para mejorar mi futuro. Un año después continúo aprendiendo, por ensayo y error, a definir una relación afectiva... Parece que sigo en el mismo punto, pero me encuentro con más herramientas que el año pasado para abordar el tema. Gracias al seminario y a geniales amantes gurú, he ubicado prejuicios para ir derribándolos, cambiando paradigmas en ese y en más ámbitos de mi vida; todo sea para no dejar que el Ness del pasado vuelva y altere mi visión, saboteando mis relaciones. No ha sido sencillo, a veces el ser humano no es capaz de prever el peligro hasta que sufre sus consecuencias... Con vislumbrarlo antes de vivirlo en algunos escenarios, tomando precauciones para evitar heridos, me parece haber dado un gran paso.

Un nuevo amigo me ha dicho: 'somos seres sociales, no puedes racionalizarlo todo en las relaciones', y tiene razón. Ejemplos contundentes de esa negación son las emociones, tan involuntarias en ocasiones. Sin embargo, lo que más se pueda racionalizar entorno a las manifestaciones de las mismas es algo que merece la pena ponerse en práctica: capturar al prejuicio antes de que tome el control, ponerle el pie al impulso negativo, andar con cautela en rachas de confusión interior. Tiene que ver con mi perfil, la falta de lógica en tantos contextos de la vida social me hacen apartarme momentáneamente de ella, mientras recupero fuerzas para volver a 'integrarme'. Encuentro, tras tanta controversia social y moral, mayor sentido en dedicarme a las Matemáticas como mi dorada válvula de escape.

Lejos estoy de negar esa debutante reflexión hecha hace un año sobre las máscaras que día a día usamos para persistir, otras entradas me han servido, al releerlas, para reírme de mis bruscas ocurrencias; y está bien para mí, es decir, no vendo perfección en mi ser, poseo voluntad y variables dosis de sensatez pero no garantizo que jamás vuelva a equivocarme, pues sigo metido en el laboratorio de aprendizaje más rudimentario, y ha dado resultados.

Con ahora mucho más por hacer, noto útil esta retrospectiva. Descubro que he obtenido más en mi Blog que una simple bitácora y viene a mi mente el sabio consejo de una de las primeras personas que conocí en la carrera: el ayudante Víctor Hugo nos recomendó no perder el hábito de escribir, sobre cualquier cosa, porque de tanto que estructuramos lo matemático, dejamos en desuso la expresión oral y la redacción. Hoy en día, que me ha surgido la oportunidad de colaborar en artículos de investigación científica y comienzo a planear mi tesis, noto una menor oxidación al escribir que de haberme privado de seguir plasmando en texto mis irrelevantes irreverencias. Tal vez, a mis alumnos del futuro les haga la misma recomendación y alguno se anime a bloggear... Seguramente será de gran interés para mí saber qué compartirá, pues lo tengo muy claro, La filosofía de Rubberneckin' es simplemente eso: una vida para andar de curioso, en el amplio y delicioso sentido del contexto.